Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
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El Traje charro salmantino es uno de los más ricos y opulentos de toda España.
Sus delicados collares y aderezos en filigrana de oro, así como el tocado con rodetes de trenzas caladas adornados con horquillas, recuerdan a los que luce la célebre Dama de Elche.
Cuenta con diversas variedades comarcales, como el traje serrano, el del llano, el de la Ribera, el del Rebollar, o el de Candelario, con sus particularidades que los hacen a cada cual más especial. Se asentó definitivamente como el «traje regional salmantino» con la visita del rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia a Salamanca en 1922.
La reina se quedó maravillada al ver ataviadas con tan rica vestimenta a las damas de alcurnia salmantina que acudieron a recibirla, con lo que el consistorio decidió obsequiar a sus majestades con sendos trajes charros con sus correspondientes alhajas y un abanico de filigrana de plata. En 1934 los monarcas donaron sus trajes charros al Museo del Pueblo Español y actualmente forman parte de los fondos del museo del traje
En la variedad de trajes tradicionales o típicos de nuestra provincia, el que se considera característico y representativo de la mujer salmantina es el charro o central; traje fastuoso que, con pequeñísimas variantes, admite una gran riqueza en bordado y color. Sin duda, entre todos los trajes regionales españoles es el de charra el más opulento y rico, cuando las calidades de las telas, la pedrería, los bordados y adornos son de sus mejores clases. Se ha dicho que el busto de la charra tiene la serenidad que se advierte en el de la Dama de Elche. Nuestro reportaje gráfico no tiene otro objeto que el de mostrar a la curiosidad del profano el proceso que sigue el vestido de la charra desde su comienzo hasta el momento en que se nos presenta con su peculiar rigidez y sobrecargada adición de prendas y objetos ornamentales.
El que se considera característico y representativo de la mujer salmantina es el charro o central; traje fastuoso que, con pequeñísimas variantes, admite una gran riqueza en bordado y color. Sin duda, entre todos los trajes regionales españoles es el de charra el más opulento y rico, cuando las calidades de las telas, la pedrería, los bordados y adornos son de sus mejores clases. Se ha dicho que el busto de la charra tiene la serenidad que se advierte en el de la Dama de Elche. Nuestro reportaje gráfico no tiene otro objeto que el de mostrar a la curiosidad del profano el proceso que sigue el vestido de la charra desde su comienzo hasta el momento en que se nos presenta con su peculiar rigidez y sobrecargada adición de prendas y objetos ornamentales.